Los viajes de perspectivas suceden en paralelo a nuestra vida diaria.
Para esos momentos en que necesitamos frenar, tanto para recalcular dirección y empuje como objetivos y enfoque…es ahí cuando esta experiencia viene a traer luz.
Los viajes de perspectivas aparecieron, inicialmente, como una necesidad personal. Luego de notar el impacto positivo que tuvieron en mí, me di cuenta de que eran una buena herramienta para extender a mis amigos y familiares, e incluso a mis clientes.
Son 3 horas de contacto con la naturaleza, vale decir, con uno mismo. Ese mismo contacto que perdemos muchas veces, imbuidos en la vorágine de la rutina y de la vida diaria. De las obligaciones y los compromisos, la mayoría de ellos, autoimpuestos.
Es por eso que, cuando entramos en crisis con algún aspecto de nuestra vida, en nuestro caso, los números, las finanzas y la administración, debemos re-conocer que es momento de tomar una pausa para analizar qué es lo que puede estar fallando.
La experiencia en sí misma es diferente para cada persona que la atraviesa, pero en líneas generales, lo que surge suele ser bastante parecido. ¿Casualidad? No lo creo…
Qué vemos en cada viaje
Podemos hacer una lista de las ideas principales que surgen en torno a nuestro objetivo común que, por lo general, es aliviar nuestras finanzas, acercarnos a nuestros números, amigarnos con ellos. El viaje de perspectivas nos ayuda a vislumbrar:
>> Cuáles son nuestras fortalezas, para identificar las cualidades en las que podemos apalancarnos para crecer.
>> Cuáles son nuestras debilidades, aquellos puntos flacos que debemos trabajar más de la cuenta, o simplemente más que otros.
>>¿En qué momento y lugar nos encontramos? ¿Por qué es importante poder verlo?
>>¿Cuál es nuestra idea de éxito? ¿Identificamos el éxito solo con tener y lograr, o también podemos disfrutar de SER? ¿Y que esa experiencia de ser sea placentera en sí misma?
En este trabajo de identificar fortalezas y debilidades, salta a la vista cuán concientes somos de nosotros mismos: la puerta de entrada hacia un camino de crecimiento personal ya está entreabierta.
La montaña, en el transcurso de sus cuestas arriba y abajo, nos recuerda a la vida misma y sus etapas. El movimiento siempre es la constante: a veces estamos en la cima, y a veces nos toca cae rendidos a sus pies.
Concluyendo
El autoconocimiento, a nivel personal, nos ayuda para establecer metas realistas, que nos lleven a una planificación estratégica y a estar alertas en un aprendizaje continuo.
En lo que refiere a nuestro costado profesional, nos beneficia para que tomemos mejores decisiones, mejoremos nuestro desempeño comercial y tengamos mayor flexibilidad antes los desafíos que pueden surgir.
Esta es una actividad que he decidido incorporar una vez por mes en mi agenda. ¿Te apuntaría a la próxima salida?
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